El equilibrio ya frágil de la economía mundial acaba de recibir un nuevo golpe. El 1 de agosto, Donald Trump firmó un decreto imponiendo altos aranceles a setenta países, con entrada en vigor prevista para el 7 de agosto. Este anuncio sacudió inmediatamente los mercados financieros, amplificando las tensiones en un contexto de inestabilidad global. Detrás de esta ofensiva comercial se perfila una estrategia proteccionista firme, con consecuencias potencialmente masivas para el comercio internacional, las relaciones diplomáticas y la trayectoria económica de los próximos meses.