A sus 95 años, Warren Buffett sigue siendo uno de los últimos bastiones de un capitalismo basado en la paciencia y el valor. Mientras los mercados se incendian al ritmo de los algoritmos y los tuits virales, el oráculo de Omaha permanece fiel a una estrategia inmutable: invertir en lo que se entiende, a largo plazo. Más allá de su cumpleaños, esta semana también marca un capítulo que se cierra para Berkshire Hathaway.